Kamishibai es una palabra japonesa que quiere decir: “teatro de papel”. Tales teatros son una tradición originada en Japón en el siglo XII.
El intérprete del kamishibai (gaito kamishibaiya) utiliza un pequeño escenario de madera en el que va introduciendo y retirando láminas con texto e imágenes al tiempo que narra ante el público las sucesivas etapas de la historia que representan.
Estas historias se contaban normalmente en sucesivas representaciones, como correspondería actualmente a los capítulos de una serie de televisión.
En el entorno del TPS (Toyota Production System) el kamishibai es un tablón que sirve de guía para realizar auditorías en los procesos (orden y limpieza, trabajo estandarizado, calidad, etc.)
El tablón contiene unas tarjetas indicando el lugar y los detalles de cada auditoría.
Según se van haciendo estas auditorías, en el tablón va quedando reflejado el resultado y las posibles acciones pendientes.
Las tarjetas pueden cogerse de forma aleatoria o seguir una secuencia predeterminada.
En primer lugar debemos saber qué necesitamos controlar. Definiremos por tanto una serie de puntos a revisar que pueden ser distintos según área y producto del proceso. La guía a utilizar durante la auditoría puede ser la propia tarjeta del kamishibai.

Ejemplo esquemático de tarjeta Kamishibai
E incluso podemos utilizar las tarjetas para indicar en el tablón si el resultado de la auditoría ha sido correcto o no.

Anverso y reverso de tarjeta Kamishibai. El contenido es el mismo por ambos lados.

Ejemplo de tablero Kamishibai
La función del Kamishibai es la de afianzar hábitos en el personal. Según vamos consiguiendo hábitos vamos reemplazando las tarjetas por otras que reflejen nuevos hábitos que queremos conseguir.
Las ventajas que podemos encontrar en este sistema son:
El kamishibai permite organizar tanto los controles como las acciones resultantes de manera muy sencilla y visual.
La información queda a la vista en el área de trabajo: todos pueden conocer en cada momento el estado de las acciones asociadas a los controles gracias a la Gestión Visual.
Es un escenario vivo, como el del kamishibai tradicional japonés.
Y respecto a sus inconvenientes…
Hay que tener en cuenta que el hecho de realizar auditorías aleatorias tiene el objeto de evitar que las personas que trabajan en esos procesos sepan de antemano cuando van a ser controladas (tratando de asegurar así que la situación sea representativa del estado habitual del área). Esto implica cierta desconfianza, lo cual no es bueno.
Lo ideal es hacer el control lo más sencillo posible, de modo que pueda llevarse a cabo con una alta periodicidad (por ejemplo, a diario). Y a ser posible deberían ser las propias personas que trabajan en los procesos los que lleven a cabo el control.
Por otra parte recordemos que todo tipo de control es Despilfarro (no aporta valor al cliente), por lo que si no puede ser eliminado debe ser en lo posible reducido.
FUENTE: https://www.leanroots.com/wordpress/2019/07/15/kamishibai/
TRANSCRIPCIÓN: Ingrid Pastor · Lean Construction México®