¿Sabías que Agile lleva más de 20 años revolucionando la forma en la que operan las industrias y diseñan sus productos?
Agile se puede definir en pocas palabras, como la capacidad de responder rápida y deliberadamente a la demanda cambiante del mercado mientras controlamos el riesgo.
Cabe destacar que, en sus inicios, la aplicación de Agile sólo se atribuía a la industria tecnológica dando lugar a la creación de novedosos programas informáticos. Con el tiempo y viendo los resultados que ofrece, otros sectores fueron incorporando Agile con la finalidad de acelerar y mejorar el rendimiento de los procesos de trabajo.
Pero ¿qué industrias pueden beneficiarse de la aplicación de Agile? Los sectores clásicos son el farmacéutico, aeroespacial, ingeniería, marketing, finanzas, agencias gubernamentales, … La lista de sectores es extensa, igual que la de los beneficios. Esto implicaría una reducción de tiempos, ejecución de pruebas continuas, rápidas respuestas y mejor obtención de los resultados.
En el contexto actual, las organizaciones tienen el reto de adaptarse constantemente al cambio. Charles Darwin ya lo escribió en 1809: “Las especies más fuertes no son las que sobreviven ni tampoco las más inteligentes, sino las que mejor se adaptan a los cambios de su entorno.”
Metodologías Ágiles ¿todo vale para todos?
El mindset Agile y los valores aplican a cualquier empresa y negocio, mientras que las metodologías se diferencian entre las de aplicación a proyectos y las de aplicación a procesos u operaciones.
Dentro de lo que llamamos la filosofía Agile encontramos metodologías como el Design Thinking, Startup, Lean Thinking y marcos de trabajo como Scrum, SAFe o Kanban. Estas son algunas de las más extendidas, versátiles y conocidas, pero hay muchísimas más enfocadas únicamente a desarrollo de producto digital, a gestión de equipos deslocalizados, …
Sabemos por tanto que existen diferentes metodologías pero… ¿Cuándo y para qué deben usarse? y ¿Cuáles son los elementos comunes que nos vamos a encontrar en ellas?
Scrum: para desarrollar proyectos en entornos complejos, que requieren resultados a muy corto plazo y donde los requisitos cambian o están poco definidos.
Kanban: para tener visibilidad del flujo de trabajo y así optimizar los tiempos de entrega, minimizando las tareas en curso.
Design Thinking: facilita la solución de retos o problemas centrándose en el cliente, utilizando técnicas de pensamiento creativo y estudios de viabilidad del negocio.
SAFe: para escalar en toda la organización soluciones bajo las formas de trabajo Scrum.
Lean Startup: permite diseñar productos o servicios que cubran las necesidades de los clientes sin utilizar grandes financiaciones o inversiones para lanzarlo al mercado.
Lean Thinking: para medir y obtener datos de forma continua, eliminando o corrigiendo aquellas tareas o procesos que no aportan valor.
En cualquier transformación a una estructura Agile existen factores comunes entre las organizaciones que llevan a cabo esta transformación, los cuales han motivado su cambio hasta esta estructura o han surgido debido a este cambio.
Cambio o existencia de una estructura departamental a una organización basada en equipos auto-gestionados.
Equipos motivados que integran todas las capacidades necesarias para llevar a cabo el trabajo encomendado.
Enfoque basado en la colaboración con el cliente y una entrega de valor rápida y constante.
Adaptación a los cambios generada a partir de procesos robustos y no de esfuerzo de las personas.
Desarrollo sostenible y continuo de los equipos.
Seguimiento y medición del flujo de valor.
Entonces ¿ Cómo puedo implementar las Metodologías Ágiles?
Para conseguir implementar las metodologías ágiles en la empresa pueden seguirse una serie de consejos:
Identifica tus objetivos comerciales
Antes de saltar a una nueva metodología de gestión de proyectos, es crucial identificar y enmarcar los objetivos del negocio. Debe haber una visión clara de cómo se espera que la nueva metodología ayude a los equipos de proyecto a alcanzar los objetivos de la compañía.
Analiza la cultura de la empresa
Uno de los elementos clave para la transformación ágil es tener la base adecuada, una organización cultural idónea que no teme a los cambios. Esto incluye primar liderazgo y talento dispuestos a adaptar y apoyar los principios ágiles. Aquí es donde la transparencia y la comunicación frecuente pueden suavizar este proceso.
Determina el impacto potencial en tus clientes
Es crucial identificar cómo la implementación de Agile beneficiará a tus clientes, cómo este cambio ayudará a tu equipo a cumplir mejor con los requisitos y necesidades del cliente.
Determina todos los recursos disponibles
Intenta identificar todos los recursos del proyecto disponibles en tu empresa. ¿Tiene tu organización el talento y las habilidades para hacer que Agile funcione? ¿Tienes la infraestructura adecuada para admitir nuevas tecnologías y proveedores que puedan asumir el cambio a Agile?
Involucra a los líderes y expertos de la empresa desde el principio
De esta manera se logrará determinar la mejor manera de lidiar con los próximos cambios, sin grietas significativas en el proceso de implementación.
Define la estructura organizativa
No se pueden realizar atajos si queremos que el modelo de gestión sea sostenible y perdure en el tiempo. Determina funciones, responsabilidades y roles, gestión visual, indicadores, y el sistema de comunicación.
Trabaja con herramientas
Es el momento de trabajar con las metodologías que consideremos necesarias, adoptarlas, practicarlas, y más adelante personalizarlas. Hacer Agile significa aplicar prácticas ágiles, ser Agile supone un cambio de mentalidad, ser honesto, transparente, reflexivo, adaptable y mejorar continuamente.
La aplicación de estos consejos y un buen uso de las Metodologías Ágiles en nuestra organización, puede traer consigo herramientas extremadamente útiles para potenciar el desarrollo de tu empresa.
ACERCA DEL AUTOR. BY PROGRESSA LEAN
TRANSCRIPCIÓN: Areli Álvarez Lean Construction México®